jueves, 28 de agosto de 2008

PREHISTORIA


El término prehistoria (del griego προ = «antes de» e ιστορία = «historia») designa el periodo de tiempo transcurrido desde la aparición del primer ser humano hasta la invención de la escritura, hace más de 5.000 años o, según otros autores, la aparición del estado. — Es importante señalar que según las nuevas interpretaciones de la ciencia histórica, la prehistoria es un término carente de real significancia en el sentido que fue entendido por generaciones. Si se considera a la Historia, tomando la definición de Marc Bloch, como el acontecer humano en el tiempo, todo es Historia existiendo el ser humano, y la prehistoria podría, forzadamente, sólo entenderse como el estudio de la vida de los seres antes de la aparición del primer homínido en la tierra— .
Desde el punto de vista cronológico, sus límites están lejos de ser claros, pues ni la aparición del ser humano ni la invención de la escritura tienen lugar al mismo tiempo en todas las zonas del planeta.
Por otra parte, hay quienes defienden una definición de esta fase o, al menos, su separación de la Historia Antigua, en virtud de criterios económicos y sociales en lugar de cronológicos, pues éstos son más particularizadores (es decir, más ideográficos) y aquellos, más generalizadores y por tanto, más susceptibles de proporcionar una visión científica.
En ese sentido, el fin de la Prehistoria y el inicio de la Historia lo marcaría una estructuración creciente de la sociedad (modificación del hábitat, aglomeración, socialización avanzada, jerarquización, poder administrativo, economía avanzada, moneda, intercambios comerciales —especialmente los de larga distancia—, etc.).

EDAD DE LA PIEDRA


La Edad de Piedra es el período de la Prehistoria durante el cual, los seres humanos crearon herramientas de piedra debido a la carencia de una tecnología más avanzada. La madera, los huesos y otros materiales también fueron utilizados (cuernas, cestos, cuerdas, cuero...), pero la piedra (y, en particular, diversas rocas de rotura concoidea, como el sílex, el cuarzo, la cuarcita, la obsidiana...) fue utilizada para fabricar herramientas y armas, de corte o percusión. Sin embargo, ésta es una circunstancia necesaria, pero insuficiente para la definición de este período, ya que en él tuvieron lugar fenómenos fundamentales para lo que sería nuestro futuro: la evolución humana, las grandes adquisiciones tecnológicas (fuego, herramientas, vivienda, ropa...), la evolución social, los cambios climáticos, la diáspora del ser humano por todo el mundo habitable (ecúmene), desde su cuna africana, y la revolución económica desde un sistema recolector-cazador, hasta un sistema parcialmente productor (entre otras cosas). El rango de tiempo que abarca este período es ambiguo, disputado y variable según la región en cuestión. Aunque es posible hablar de este período en concreto, para el conjunto de la humanidad: no hay que olvidar que algunos grupos humanos nunca desarrollaron la tecnología del metal fundido y por tanto quedaron sumidos en una edad de piedra hasta que se encontraron con culturas tecnológicamente más desarrolladas. Sin embargo, en general, se cree que este período comenzó en África hace 2,5 millones de años, con la aparición de la primera herramienta humana (o pre-humana). A este período le siguió el Calcolítico o Edad del Cobre y, sobre todo, la Edad de Bronce, durante la cual, las herramientas de esta aleación llegaron a ser comunes; esta transición ocurrió entre 6000 a. C. y 2500 a. C.


Típica herramienta de piedra tallada
Tradicionalmente se viene dividiendo esta Edad en Paleolítico, con un sistema económico de caza-recolección y Neolítico, en el que se produce la revolución hacia el sistema económico productivo: agricultura y ganadería.

LA VIDA EN LA EDAD DE PIEDRA:
El ser humano comenzó a utilizar la piedra, la madera, el barro y todo lo que encontró en la naturaleza para sobrevivir. Cazaba, pescaba, recolectaba frutas e insectos. Siempre estaba con otros de su especie formando grupos ya que así le era más fácil defenderse de los otros animales y cazarlos para obtener alimento y abrigo. Todo era compartido por todos; por ejemplo, 10 cazan y comen 40. Al principio no formaron una comunidad organizada como ahora. Tampoco vivían en un lugar fijo, iban de aquí para allá buscando lo que necesitaban para vivir ya que, por los cambios del clima en las diferentes estaciones, no siempre había comida en el mismo lugar (a esto se llama forma de vida NÓMADE). Con el tiempo aprendió a comunicarse mediante el lenguaje hablado (con palabras) y a dominar el fuego.
Al pasar el tiempo fue mejorando todo lo que hacía; por ejemplo, la construcción de utensilios de todo tipo como las armas y herramientas; comenzó a pintar en diversos lugares (arte rupestre), a fabricar estatuillas, adornos, etc.
Con el tiempo comenzó la práctica de la magia y la hechicería vinculadas a las primeras creencias religiosas; creían que los fenómenos de la naturaleza y la vida se debían a causas sobrenaturales (crecimiento de una planta, el agua, el sol, el viento, etc.). Aparecen las primeras tumbas y la necesidad de preservar los cadáveres. Esto ya era posible debido a que muchos grupos comenzaron a vivir en cavernas, lugares que ofrecen cierta seguridad y ya no estaban peregrinando todo el tiempo.
Vivienda típica de la Edad de Piedra
Puntas de flecha de la Edad de Piedra


Dibujos de los habitantes de Alaska

Fueron aprendiendo a vivir en comunidad ayudándose unos a otros. Tenían un jefe que repartía las responsabilidades de cada uno. En las tribus pacíficas el jefe era el más sabio, un anciano que, por haber vivido más tiempo, era el que más sabía acerca de las cosas de la vida. En otros grupos que eran más guerreros o vivían casi exclusivamente de la caza, el jefe era el más fuerte.
Unos 8000 años a. de C. (antes de Cristo) se produce un gran cambio en la forma de vida de algunos pueblos. Este "gran cambio" o REVOLUCIÓN se produjo a partir del comienzo de la agricultura (producto de la relación simbiótica o asociativa entre el ser humano y las plantas). A partir de ese momento vivieron siempre en el mismo lugar (a esto se llama forma de vida SEDENTARIA) porque ahora después de la cosecha tendrían comida todo el año y debían permanecer en el mismo lugar para cuidar el cultivo. Como vivirían siempre en el mismo lugar, construyeron viviendas fijas. Además, para tener animales a su disposición todo el año sin tener que viajar para encontrarlos, aprendieron a domesticarlos y así aparece la ganadería.
Al tener más comida durante todo el año podían alimentar a más personas y éstas, al ser más fuertes, se enfermaron menos. De esta forma se produjo un aumento de la población. Cada año que pasaba había más gente, más casas y más trabajo para organizar. Para evitar problemas entre las personas se desarrollan organizaciones sociales nuevas como la familia y la división del trabajo (agricultores, artesanos, alfareros, ganaderos, guerreros, encargados del gobierno, etc.). Cada persona se adueña de lo que produce y ya no es todo de todos; aparece la propiedad privada. Lo que uno hace lo cambia por otra cosa que no produce a través del comercio. Cuando hubo mucha gente y muchas casas juntas se formaron las primeras ciudades.
Se desarrolló la religión con la aparición de los dioses, fuerzas superiores que controlaban a los fenómenos naturales (dios de la lluvia, dios del trueno, diosa de la fertilidad, etc.). Para honrarlos se hicieron grandes ceremonias, monumentos e infinidad de representaciones artísticas.

EDAD DE LOS METALES



Escena de forja japonesa
Las armas y herramientas de hierro se generalizan a gran escala en el Primer Imperio Han (202 a. C.-9 CE), de hecho, el soberano se apropió del monopolio del hierro fundido, construyendo numerosos hornos en la provincia de Henan. Los avances siguieron, hasta se llegó a descubrir el pudelado, que los chinos llamaron «chao» (un sistema que permite refinar el arrabio en un horno especialmente diseñado, para que la oxidación elimine el exceso de carbono). Los chinos también aprendieron a mezclar hierro fundido con hierro forjado para obtener acero auténtico. De hecho, existía la leyenda de que Liu Bang, el primer emperador de la dinastía Han, poseía una espada de acero, de cualidades asombrosas, fabricada por este sistema.
Japón:Con la llegada de invasores coreanos y chinos, la cultura neolítica del Japón, llamada Jomon, desapareció dando lugar a la llamada cultura Yayoi. Esto ocurrió en torno al 300 a. C., y vino acompañado de numerosos adelantos traídos del continente, entre ellos los metales: el hierro llegó a Japón al mismo tiempo que el bronce. De hecho en Japón la fase Yayoi es también llamada «Edad del Bronce-Hierro». La creación más original de la metalurgia yayoi son las campanas rituales de bronce (llamadas «Dôkaku»), profusamente decoradas con motivos abstractos e incluso figurativos.
Mesopotamia, Siria-Palestina y el valle del Nilo, y un poco antes de que surja el imperio Hitita en Anatolia, así como las culturas prehelénicas del mar Egeo. Los metalúrgicos de estas áreas, para satisfacer la demanda de cobre, estaño y metales preciosos, debieron de convertirse también en exploradores y comerciantes en busca de minas y ofreciendo sus productos a cambio de las preciadas materias primas. Los sumerios (y sus sucesores), por ejemplo, carecían por completo de minerales metálicos y se sospecha que los importaban de los montes Zagros, donde había surgido el imperio Elamita (con capita en Susa) y del Cáucaso (donde abundan la malaquita y la casiterita), de este modo, hay constancias de contactos sumerios
desde Afganistán hasta Europa oriental, ya en el tercer milenio.
Los antiguos egipcios obtenían la mayor parte del cobre de las minas de Timna, en Aravá, junto al desierto del Neguev, aunque ramificaron sus relaciones comerciales con el Egeo y Europa (piezas de procedencia egipcia aparecen por todo este contiente evidenciando algún tipo de intercambio), así como con algunas regiones africanas.
Los habitantes de Siria, Palestina, Anatolia y el Egeo dirigieron sus expediciones hacia Europa, remontando el Danubio en busca del estaño de Bohemia y Hungría; o bordeando el Mediterráneo hasta el sur de la península Ibérica, donde obtuvieron el cobre argárico. Con el tiempo remontaron por el Atlántico hasta alcanzar las islas Británicas, en busca del cobre y el estaño de Cornualles y el oro de Irlanda. Así, en el segundo milenio antes de nuestra era, Europa entra en la Edad del Bronce. El bronce europeo se caracteriza, en un principio, por una gran varidad de culturas que comparten un sustrato común que incluye la construcción túmulos funerarios, sería ocioso citarlas todas pero cabe destacar, en Europa central, el linaje de la cultura de Unetice-cultura de los Túmulos-Cultura de los Campos de Urnas, que, a pesar de las evidentes diferencias, parecen compartir cierta continuidad cultural y racial. Aparte conviene mencionar la cultura ibérica de El Argar y todas aquéllas que se desarrollan en la cornisa atlántica, cuya idiosincrasia pervive hasta épocas históricas.

Por lo que respecta a Asia, se ignora si la metalurgia del bronce fue inventada allí independientemente o fue una importación desde Mesopotamia. En el Pakistán, la edad del Bronce nace con la cultura del valle del Indo (desde mediados de 3er milenio hasta mediados del 2º milenio), que carecía por completo de fuentes de abastecimiento mineral. De hecho, se sospecha, por la escasez de objetos de bronce y cobre hallados en yacimientos como Harappa o Mohenjo-Daro, y por el retraso en las fechas, respecto a otros pueblos del oeste, que, a pesar de su alto grado de desarrollo, dependían de sus contactos con los elamitas del oeste y, a través de ellos, con los mesopotámicos. Así parecen demostrarlo algunos objetos procedentes del Indo encontrados en la región de Diyala, en el valle del Tigris, y varias tablillas escritas de Larsa datadas en el 1950 a. C. ). No es seguro, pero parece ser que de ellos tomaron técnicas tan desarrolladas como la utilización de moldes bivalvos, los remaches y las soldaduras para fabricar piezas complejas e incluso el moldeo a la cera perdida, antes del 2000 a. C.


Caldero trípode ceremonial de bronce chino, del tipo «Li-ting»
El proceso peor conocido es el de China: se sabe que desde fines del IV milenio a. C. fundían cobre arsenical, aunque las piezas eran extremadamente raras (de hecho, no se considera una Edad del Cobre en China, sino que se pasaría directamente del Neolítico al Bronce). Aunque la metalurgia llegó con varios milenios de retraso al extremo Oriente se sospecha que pudo ser inventada independientemente de la del Próximo Oriente, por la originalidad de las técnicas, a veces muy diferentes a las de los pueblos del oeste. La primera cultura de la Edad del Bronce es la que se denomina Erlitou, del 2º milenio A.D.C, relacionada con la mítica dinastía Xia (si bien, esto es muy discutible): las antiguas leyendas chinas relatan que el primer rey de esta legendaria dinastía, Yu el Grande (3er milenio A.D.C), fue un gran fundidor de calderos trípodes ceremoniales de bronce, y agradaban tanto a los dioses que le otorgaron la victoria sobre sus enemigos. Fuere o no cierto, aunque Erlitou sea una cultura sin escritura, supone la transición a Historia de este país y, entre sus creaciones, ya aparecen los prototipos de vasijas ceremoniales de bronce utilizados durante toda la antigüedad por los chinos (sobre todo los calderos circulares de tres patas o cuadrados de cuatro patas llamados Li-ting que servían para la carne y una innumerable variedad de vasijas para bebidas, por ejemplo las grandes copas llamadas Ku o los calderos Yeou...).
A Erlitou le sucede la época Shang (1600 a. C. - 1046 a. C.) durante la cual, en un proceso asombroso, los chinos se pusieron a la altura de cualquier otra región en la metalurgia del bronce.[6] Las excavaciones de una de las capitales del reino, la ciudad de Anyang, han puesto al descubierto dos grandes talleres de fundición con hornos capaces de alcanzar temperaturas muy superiores a las necesarias, pero también con sistemas para controlar la inmensidad del calor. Así elaboraron vasijas rituales, hachas, puñales, cascos, armas y armaduras de gran maestría. Muchas de estas piezas estaban destinadas a las tumbas reales de sus alrededores, ya que éstas han deparado numerosos objetos ceremoniales de bronce de depurada factura. Los calderos Li-ting y las vasijas de bebida con formas zoomorfas son las obras metalúrgicas más originales de la antigüedad china, alcanzando su apogeo al final de la época Shang, desde el 1300 a. C. Sus sucesores los Zhou continuaron la tradición de los vasos rituales que, durante mucho tiempo, se pensó que estaban fabricados por medio de la «cera perdida». Sin embargo, recientes investigaciones han demostrado que los chinos desconocían esa técnica, y que para sus obras maestras utilizaban complicados moldes de arcilla formados por varias partes tan bien ensambladas que no dejaban marcas en las junturas (algunos de más de diez piezas). No hay dos obras iguales porque los moldes se rompían para extraer los bronces.

Sin embargo, según parece, los objetos de bronce chinos estaban reservados a las élites, pues se han encontrado muy pocas herramientas y muchísimas armas y objetos de culto. Esta situación perduró hasta la generalización del hierro.


El Hierro es uno de los elementos que más abunda en la Tierra. Después del aluminio, es el metal más abundante, sin embargo, su utilización práctica comenzó 7000 años más tarde que el cobre y 2500 años después del bronce. Este retraso no se debe al desconocimiento de este metal, puesto que los antiguos conocían el hierro y lo consideraban más valioso que cualquier otra joya, pero se trataba de hierro meteórico, es decir, procedente de meteoritos. El hierro meteórico era conocido tanto en Eurasia como en América (descrito más adelante).
Aunque durante milenios no hubo tecnología para trabajar minerales ferrosos, en el tercer milenio A.D.C parece que algunos lo consiguieron: en las ruinas arqueológicas de Alaça Hüyük (Anatolia) aparecieron varias piezas de hierro artificial, entre ellas un alfiler y una especie de cuchilla. En el segundo milenio destacan un hacha de combate descubierta en Ugarit y, sobre todo, un cuchillo con la hoja de hierro y una exquisita empuñadura de oro, que formaba parte del ajuar funerario de la tumba de Tutankamón. Las materias primas de estos primeros herreros debieron ser minerales como el hematites, limonita o magnetita, casi todos óxidos de hierro que ya eran utilizados para otros fines en la Prehistoria, por ejemplo para ayudar a eliminar impurezas de la fundición del cobre o como colorantes. De hecho se sospecha que en los hornos de fundición de cobre y bronce pudieron generarse pequeños residuos de hierro casi puro, a partir de los cuales comenzaría el conocimiento de la verdadera siderurgia. Hay antiguos hallazgos de hierro fundido por el hombre desde Siria a Azerbaiyán. Pero ninguno revela cómo fueron obtenidos ni las técnicas usadas. No se conservan ruinas de talleres, ni herrerías, por lo que se ignora de dónde proceden estos objetos, o dónde «se inventaron».

Recreación pictórica de una antigua fragua de hierro
Por textos escritos en tablillas cuneiformes se sabe que los Hititas fueron los primeros en controlar e, incluso, monopolizar los productos de hierro fabricados a mediados del 2º milenio. Enviaban sus objetos a los egipcios, sirios, asirios, fenicios... Pero su producción nunca fue abundante. De hecho, muchos de los envíos eran regalos con finalidad diplomática, pues el hierro era diez veces más valioso que el oro y cuarenta veces más costoso que la plata.[8] Cuando el Imperio Hitita fue destruido por los Pueblos del mar, hacia 1200 a. C., los herreros se dispersaron por Oriente Medio, difundiendo su tecnología: de este modo comienza la Edad del Hierro en el Próximo Oriente.
Fabricar hierro seguía un procedimiento muy distinto al del cobre y el bronce (para empezar el metal no se licuaba), primero porque había que conseguir hornos con gran capacidad calórica: el mineral machacado debía estar totalmente rodeado de carbón de leña (que se consumía en enormes cantidades) y numerosos fuelles que, a través de toberas, insuflaban oxígeno continuamente. El mineral debía ser precalentado en un horno y por medio de golpes se eliminaban algunas impurezas; luego se llevaba al estado incandescente, en un segundo horno, hasta obtener una masa denominada hierro esponjoso, altamente impuro, por lo que volvía a ser golpeado en caliente para refinarlo. Después de un largo y repetitivo proceso de martilleo y calentamiento, evitando que el hierro se enfriase, se obtenía una barra forjada, bastante pura, resistente y maleable. Para las armas y ciertas herramientas, el hierro se templaba enfriándolo bruscamente en agua, lo que provocaba cambios de la estructura molecular y una mejor absorción de carbono. Los testimonios más antiguos del proceso de templado del hierro candente se han hallado en Chipre y datan de 1100 a. C.[9] Evidentemente, las instalaciones y herramientas de los herreros eran muy diferentes a las de los broncistas. El bronce siguió siendo un metal esencial para las antiguas culturas, sirviendo en campos diferentes en los que no se podía o no se sabía aplicar la tecnología del hierro.


El hierro es más abundante, que el cobre y, por supuesto, que el estaño; y, una vez dominada la técnica, más barato que el bronce. Cuando los hititas desaparecieron y sus artesanos se dispersaron, la producción de este metal aumentó considerablemente en todo el Próximo Oriente y los centros siderúrgicos se extendieron hasta el Egeo, Egipto e incluso Italia por el oeste; hacia Siria y Mesopotamia por el sur, hacia Armenia y el Cáucaso por el norte, y hacia las grandes civilizaciones asiáticas por el este.
Europa: la Edad del Hierro europea comienza poco antes del año 800 a. C. y está protagonizada por pueblos, en su mayoría belicosos, que habitaban poblados fuertemente protegidos por murallas y otros sistemas defensivos. Aunque el hierro fue profusamente empleado para herramientas agrícolas y artesanales, aumentando la productividad y el nivel cultural del continente. Los artesanos de la edad del Hierro europea conocían el hierro carburado: las placas de metal se trabajaban al rojo vivo, pero sin licuar, calentándolas entre carbón de leña para que absorbiese el carbono desprendido en la combustión. También desarrollaron el laminado, alternando láminas superpuestas de hierro con más carbono, y que eran más duras, con otras que tenían menos, y eran más maleables, hasta formar un haz que era forjado a unos 200º C, cuando el metal adquiría un color amarillo claro. El calentamiento y martilleo continuo iba eliminando las impurezas y mejorando la calidad del metal hasta que acababa por crear una hoja compacta y muy resistente, al estar compuesto de láminas virtualmente soldadas, microscópicas y de cualidades físicas complementarias. Los europeos también supieron adornar ricamente sus joyas metálicas y sus armas, aprendiendo a engarzar empuñaduras de madera, hueso, marfil y, mejor aún, la técnica del nielado, incrustando barnices o finos hilos de plata formando complicadas filigranas.

India: la Edad del Hierro comienza en la India en la etapa neovédica (o «vedismo tardío»), a comienzos del primer milenio antes de nuestra era, fase en la que se completa la expansión aria por el subcontinente. A pesar de las convulsiones, resulta paradójico que la metalurgia del hierro se manifestase como un catalizador de la agricultura, que adquiere toda su relevancia a partir del año 800 a. C. gracias a la aparición de la reja de arado y el hacha de hierro, que permitió ganar a la selva nuevos campos de cultivo y la expansión del arroz y la caña de azúcar (citada en el «Atharva Veda»). La plenitud de la edad del Hierro coincide con los Mahajanapadas (dieciséis grandes reinos y repúblicas en las que se consolida el sistema de castas, 700 a. C.-300 a. C.), periodo en el que es posible que inventasen la soldadura autógena por forja y una apreciadísima variante del acero llamada wootz de la India. El wootz es un acero muy rico en carbono y sin apenas impurezas ni oxidantes. Los indios comerciaban con lingotes de este material desde el siglo V a. C., ya que poseía cualidades portentosas, por lo que fue solicitadísimo en todo el Índico.[10] Además, existe en la Delhi un testimonio asombroso de la habilidad metalúrgica de los indios: el «Pilar de Hierro», el único resto de un templo erigido durante el Imperio Gupta, columna hecha de un hierro prácticamente puro, al 98% (casi podría decirse que es «hierro dulce»), que ha resistido el deterioro del tiempo gracias a una fina capa de óxido que la protege (el hecho de que una pieza de ese tamaño sólo haya podido ser elaborada en altos hornos, su pureza y su pátina anticorrosión son un misterio, pues en Occidente no se ha logrado nada similar hasta la etapa Industrial).
China: La transición entre la edad del Bronce y la Edad del hierro es muy larga en China, en parte debido a la inigualable pericia de los broncistas chinos, y en parte debido a la situación social del país. Lo cierto es que los chinos conocían el hierro desde la dinastía Zhou. En 1949 se descubrieron varias espadas zhou del principios del 1er milenio A.D.C en las que se habían utilizado láminas de hierro meteórico. Poco después comenzó a emplearse también hierro mineral. Sin embargo, los metalúrgicos chinos usaban el hierro para mezclarlo con el bronce por el sistema del laminado y la soldadura autógena por forja para fabricar espadas (a menudo llamadas «bimetálicas» por esa magistral combinación de bronce y hierro). Además, los herreros chinos descubrieron que una pátina de óxido de cromo protegía el metal de la corrosión.


Espada bimetálica Jian de la época de los Reinos Combatientes (siglo IV a. C.)
Las armas más apreciadas eran las espadas, que eran forjadas y laminadas con aleaciones más duras para el filo y más maleables para la vena central. Las espadas de hoja recta y doble filo eran llamadas jian (propias de la nobleza guerrera, pues eran muy caras y difíciles de manejar), y las de hoja curva y filo simple se denominaban dao (más baratas y versátiles, se popularizaron entre los guerreros menos pudientes). La efectividad de la aleación otorgó a las «espadas Jian» un enorme prestigio, en tanto que los «sables dao» eran muy populares, por lo que tardaron en ser desbancados por las armas de hierro.
A pesar de que los chinos tardaron en adaptarse a la mecánica de la fabricación del hierro, cuando la aceptaron lograron avances impensables. Por ejemplo, se ha podido constatar que en el siglo V a. C., no sólo comienzan a ser habituales las armas de hierro (como la espada jian descubierta en Ch'ang Sha), sino que uno de los muchos estados que se inscribe en el periodo de las Primaveras y Otoños, llamado Wu (a orillas del Yangzi) descubrió la fundición del hierro: los artesanos de Wu construyeron hornos que superaban los 1350ºC (es decir, auténticos altos hornos), en los que el hierro se fundía hasta licuarse. No obstante, el producto obtenido, llamado arrabio, tenía tal cantidad de carbono (cerca del 5%, a veces, incluso más), que resultaba demasiado quebradizo para ser útil, por lo que después era necesario descarburizarlo, para ello era sometido a altas temperaturas en hornos abiertos que liberaban los gases en forma de óxidos de carbono: así se obtenía un hierro fundido maleable y funcional. A partir del siglo III a. C. la técnica se difundió hacia el norte de modo que en la etapa siguiente, la de los Reinos Combatientes, los objetos de hierro son comunes, y no sólo se conocen minas datadas en esa fase, sino que en Hebei aparecieron numerosas tumbas de guerreros con armas de hierro, unas forjado y otras fundido, junto a piezas ornamentales de bronce (lo cierto es que el bronce siguió siendo preferido por la élite, especialmente para objetos ceremoniales como calderos o campanas rituales).
La Edad de los Metales es el periodo de la evolución tecnológica de la humanidad caracterizado por el desarrollo de la metalurgia;[ ]comienza antes del V milenio a. C. y acabaría en cada lugar con la entrada en la Historia, para buena parte de Europa en el I milenio a. C. Es parte de la Prehistoria en Europa, así como en la mayor parte del mundo, a excepción de en Oriente Medio, que coincide con el desarrollo de la escritura y por tanto con la Historia. Cuando existen testimonios escritos indirectos se considera también Protohistoria. De todos modos, dado que no existe una ruptura (excepto arbitraria) en el desarrollo de esta tecnología metalúrgica entre la Prehistoria, la Protohistoria y la Historia, en este artículo se incluyen adelantos del trabajo con metales que se dan en periodos claramente históricos



Europa, Oriente Medio y Asia
Eurasia se subdivide tradicionalmente en Edad del Cobre, Edad del Bronce y Edad del Hierro, fusionándose al final con los tiempos históricos sin solución de continuidad.
El cobre, junto con el oro y la plata, es de los primeros metales utilizados en la Prehistoria, tal vez porque, a veces, aparece en forma de pepitas de metal nativo. El objeto de cobre más antiguo conocido hasta el momento es un colgante oval procedente de Shanidar (Irán), que ha sido datado en el año 9500 a. C. Sin embargo, esta pieza es un caso aislado, ya que no es hasta 3000 años más tarde cuando las piezas de cobre martilleado en frío comienzan a ser habituales. En efecto, a partir del año 6500 a. C., en varios yacimientos se han encontrado piezas ornamentales y alfileres de cobre manufacturado a partir del martilleado en frío del metal nativo, tanto en los Montes Zagros (Ali Kosh en Irán), como en la meseta de Anatolia (Çatal Hüyük, Çayönü o Haçilar, en Turquía).
Varios siglos después se descubrió que el cobre podía ser extraído de diversos minerales (malaquita, calcopirita, etc.), por medio de la fusión en hornos especiales, en los que se insuflaba oxígeno (soplando por largos tubos o con fuelles) para superar los 1000º C de temperatura. El objeto de cobre fundido más antiguo que se conoce procede de los Montes Zagros, concretamente de Tal-i-Blis (Irán), y se data en el 4100 a. C., junto a él se hallaron hornos de fundición, crisoles e incluso moldes.


Fundición de cobre en murales funerarios egipcios
La técnica de fundición del cobre es relativamente sencilla, siempre que los minerales utilizados sean carbonatos de cobre extraídos de algún yacimiento metalífero; la clave está en que el horno alcance la temperatura adecuada, lo cual se conseguía inyectando aire soplando o con fuelles a través de largas toberas. Este sistema se denomina «reducción del metal». Se mezclaba el mineral triturado, por ejemplo, malaquita (carbonato de cobre), con carbón de leña. Con el calor las impurezas van liberándose en forma de monóxido y dióxido de carbono, reduciendo el mineral a un cobre relativamente puro; al alcanzar los 1000º C, el metal se licua depositándose en la zona inferior del horno. Un orificio en el fondo del horno permite que el líquido candente fluya hacia el exterior, donde se recoge en moldes; parte de la escoria queda en el horno y las impurezas del mineral flotan en el metal fundido, por lo que es fácil eliminarlas con un utensilio llamado escoriador.
Como el cobre podía volver a fundirse muchas veces, éste solía convertirse en lingotes, a veces con una forma peculiar (como los del Mediterráneo oriental, que recuerdan al pellejo de un animal), para luego fabricar diversos objetos por fusión y colado en moldes. El cobre es muy maleable y dúctil, podía martillarse en frío o en caliente, con lo que se duplicaba su consistencia y dureza. En cualquier caso, resultaba imposible eliminar todas la impurezas del cobre, pero, mientras que algunas eran perjudiciales, como el bismuto, que lo hace quebradizo, otras eran beneficiosas, como el arsénico, que reduce la formación de burbujas en su fundición, pues impide la absorción de gases a través de los poros del molde, asegurando un producto de mejor calidad. El cobre con alto contenido natural en plomo es más blando, lo cual puede ser una ventaja para fabricar recipientes por medio del martilleo de una plancha en forma de disco, curvándola en forma cóncava, para elaborar calderos o cuencos; incluso podía ser repujado. Algunos metalurgistas consideran que estos cobres con impurezas beneficiosas son, en realidad, «bronces naturales».

Pepita de cobre nativo

Lingote de cobre del Egeo

Puñalito de cobre

Daga de cobre
La técnica del cobre no tardó en difundirse por todo el Próximo Oriente, coincidiendo con el nacimiento de las primeras civilizaciones históricas de la zona, principalmente Sumeria y el Antiguo Egipto; pero muchos estudiosos consideran que pudo inventarse en fechas muy parecidas en otras partes del Viejo Mundo. Concretamente en Europa hay un núcleo neolítico avanzado en los Balcanes que incluye ocasionalmente objetos de cobre fundido entre sus hallazgos del IV milenio a. C. (cultura Gulmenita) y todo parece apuntar hacia una invención autóctona; aunque este primer metal no se difunde por la Europa central y mediterránea hasta poco después del año 3000 a. C., por ejemplo, asociado a pueblos megalíticos de la península Ibérica, como Los Millares o Vila Nova[2] o, en Europa Central, con la Cultura de las Cerámicas cordadas. Hubo zonas que aun desconocían el cobre fundido, pero un nuevo pueblo se encargó de su definitiva difusión europea: la cultura del vaso Campaniforme, a finales del tercer milenio.
En cambio, en Asia no puede hablarse de una edad del cobre con entidad suficiente, dada su corta duración, ya que el desarrollo de la metalurgia en lugares como la India o China comienza realmente con el bronce.

El bronce es el resultado de la aleación de cobre y estaño en una proporción variable (en la actualidad se le añaden otros metales como el zinc o el plomo, creando los llamados bronces complejos). La cantidad de estaño podía variar desde un 3% en los llamados «bronces blandos», hasta un 25% en los llamados «bronces campaniles» (a mayor cantidad de estaño, más tenacidad, pero también menos maleabilidad): en la Prehistoria la cantidad media suele rondar el 10% de estaño. Se supone que fueron los egipcios los primeros en añadir estaño al cobre, al observar que éste le daba mejores cualidades, como la dureza, un punto más bajo de fusión y la perdurabilidad (ya que el estaño no se oxida fácilmente con el aire y es resistente a la corrosión). Además. el bronce es reciclable, pudiéndose fundir varias veces para obtener nuevos objetos de otros ya desechados. La técnica de trabajo del bronce es virtualmente idéntica a la del cobre, por lo que no vamos a incidir en ello (la única dificultad reside en exceder la temperatura adecuada, lo que podría provocar que el mineral se echase a perder por oxidación). A título de comparación se pueden confrontar el cobre puro, el cobre arsenical y el bronce (con un 10% de estaño) en la tabla de correspondencia que muestra la dureza relativa de los metales:
Dureza relativa de los metales HB
El testimonio más antiguo que se tiene de la existencia del bronce se da en una cueva de las montañas del mar Muerto, en Israel, donde se halló un escondrijo con más de 400 objetos datado en el 3000 a. C. Esta fecha debe ser considerada como el inicio de la edad del Bronce en el Próximo Oriente. Momento que coincide, aproximadamente, con el apogeo de las grandes civilizaciones antiguas de

PALEOLITICO, MESOLÍTICO, NEOLITICO


Paleolítico

Periodo paleolítico. El significado del periodo paleolítico es piedra antigua. Este periodo Se subdivide en inferior, medio y superior. Se desarrolló una cultura cuando el clima era cálido y cuya raza fue el hombre de Neanderthal. El Paleolítico es el periodo prehistórico que abarca la mayor parte del cuaternario y su duración se aproxima a un millón de años. Andalucía, por sus características condiciones geográficas, se encuentra en el área de crecimiento de las primeras poblaciones prehistóricas; muestra de ello son los abundantes yacimientos que se reparten por su superficie territorial. La caza era escasamente importante al principio del Paleolítico, predominando la recolección y el carroñeo. A medida que el ser humano progresa física y culturalmente la caza va ganando importancia. Características: Este periodo posee diversas características que le distinguen de los demás periodos, una de ellas es que es un periodo de constantes cambios climáticos, se van alternando los periodos de glaciación y los interglaciares, aquí se produjo 4 glaciaciones (épocas de clima polar), que fueron Günz, Mindel, Riss y Würm, en donde Europa, excepto las riberas del Mediterráneo estaba totalmente congelada, ahora bien, en los periodos interglaciares el clima era templado y lluvioso.Cultura. La cultura se desarrolló cuando el clima era cálido y cuya raza fue el hombre de Neandertal. La cultura del paleolítico era muy inferior, ya que la capacidad cultural era casi nula. En la dispersión los grupos humanos tuvieron que sufrir nuevos peligros, climas y nuevas necesidades lo que llevo a la creación de herramientas. Teniendo que sobrevivir en la lucha con la naturaleza, el hombre y las enfermedades. Luego se diferenciaron los animales dañinos. Se busco refugio en cuevas o cerca del agua, y se aprendió a utilizar el fuego. Se aprendió a laborar utensilios que luego fueron perfeccionándose para distintos usos. Una vez iniciado este proceso se dio lugar a evoluciones que produjeron la organización de los grupos humanos ante el ambiente. Una vez en posesión del fuego, se aprendieron a cocer los alimentos. Los grupos familiares al multiplicarse se convirtieron en pequeñas hordas que se mantenían unidos para la defensa mutua y busca de alimentos.Economía: La economía del periodo paleolítico se caracterizaba por ser depredadora, o sea se destinaban básicamente a la caza, la pesca y a la recolecta, con esta obtenían comida, leña y materiales para sus herramientas, también fabricaban sus propias ropas y cabañas. En este periodo eran nómadas y su demografía era reducida y su mortandad alta. No se podían alimentar a los niños, pues esto era un inconveniente para el nomadismo. Algunas tribus practican el infanticidio, ellos nunca conocieron la propiedad privada, ni el excedente ni la división social del trabajoLa religión. El hombre paleolítico pensaban que todo lo que le rodeaba estaba sometido a fuerzas sobrenaturales. Creía que mediante la práctica de determinados actos, estas fuerzas o espíritus podían ayudarles. Ejecutaban ritos religiosos los cuales estaban destinados a facilitar y mejorar la caza. Ellos realizaban pinturas rupestres los cuales formaban parte de rituales, a través de estas se pedía a los seres sobrenaturales, protectores de los animales, que les permitieran capturarlos y alimentarse con ellos. En el periodo inferior no había religión ya que su cultura era bastante inferior, sus entierros eran ritos, en ese entonces. Se le atribuye al hombre del Pekín una forma de religión o magia ya que se creía que se comía el cerebelo de los difuntos con el fin de coger así su fuerza. En el paleolítico superior aparecieron por primera vez representaciones de dioses, por ejemplo esta la Venus que se le conocía como la diosa de la fertilidad. También creían que pintando animales en forma de ritual les permitiría cazarlos.La transición del Paleolítico al Neolítico fue un proceso más o menos lento y con etapas intermedias. No es posible que un cambio tan radical sea repentino. Fue en 1887 cuando se descubrieron, en las cuevas de Mas d’Azil, pruebas de la existencia de culturas mixtas. Este periodo mesolítico comenzó hace unos 10000 años en el cercano oriente y hace unos 8000 en Europa.Los motivos de este cambio tan trascendental son confusos, pero en su raíz está el cambio climático producido durante el período interglacial y el neotérmico. El Holoceno comenzará con el fin de la glaciación Wiurm. Las nuevas condiciones climáticas no es que fuesen catastróficas, además fueron lo suficientemente lentas como para permitir la adaptación ecológica, pero los cambios en la naturaleza implicaron transformaciones radicales en las formas de vida y en la base económica. Había que inventar nuevas formas de conseguir alimentos.En Europa occidental las regiones libres de hielos se fueron templando, y los bosques atlánticos comenzaron a dominar el paisaje. Los animales dominantes eran mucho más pequeños y los cazadores debían cazar más. Los pueblos se hacen nómadas estacionales, ya que van siguiendo a las manadas de animales. Se conocen culturas como la hamburguense, la aziliense, la montmorenciense o la tardenoisiense, que viven en los bosques siguiendo animales y recolectando frutos. Pero a finales del Mesolítico algunos de ellos cuidan las manadas, sobre todo de ovejas y cabras.El utillaje de estas culturas es de pequeño tamaño, necesario para transportarlos en una vida nómada. El arte está casi totalmente ausente. Pero gracias al nomadismo se difundieron por Europa los avances de Oriente.En la Europa septentrional los cambios climáticos estuvieron acompañados de movimientos epirogénicos, que permitieron la unión del continente con las islas británicas (hace unos 9000 años), pero hace unos 7000 años el aumento en el nivel de los mares las dejó nuevamente aisladas. Aquí se conoce la cultura maglemosense, que vivió en las orillas de los ríos, lagos y mares, y que basaron parte de su dieta en la pesca. Para pescar utilizaron anzuelos y arpones, pero también redes de mimbre. Además, se comenzó a comer marisco, accesible desde la costa, por lo que se acumularon conchas en las proximidades de los poblados.El cambio de los animales supuso una transformación en la dieta, pero también en las técnicas de caza. Se inventó la flecha cónica y la azada de mano. La abundancia de bosque permitió construir cabañas y embarcaciones, como las canoas. Al construir sus poblados cerca del agua los levantaron sobre pilotes (palafitos) que al subir el nivel del agua quedaron inundados. También se conoce la cultura esteboelliense, algo más al sur y en contacto con las culturas neolíticas. Utilizaban cerámica, cuidaban ganado y cultivaban la tierra, por lo que se puede considerar una cultura neolítica.El cambio más drástico ocurrió en el norte de África, cuyo clima pasó a ser árido. Quizá este sea el motivo por el que aparecieron aquí las culturas neolíticas. Pero existieron culturas intermedias como la capsiense. La sequía del clima hizo convivir a los animales y al ser humano en un espacio muy reducido, en torno a los oasis. Las culturas natufense y de Karim Sahir seguían viviendo en cuevas, pero construyeron muros alrededor de ellas, lo que significa que se hicieron sedentarios. No existen pruebas de que conociesen la ganadería, pero tenían a mano manadas de bovino y ovino que protegían de los depredadores. Estos serán, posteriormente, los primeros animales domésticos. Tampoco hay constancia de que conociesen la agricultura, pero sí debían recolectar los cereales que de manera abundante crecían naturalmente en torno a los oasis. Ya estaban creadas las condiciones necesarias para dar el salto al Neolítico.El proceso de transición al Neolítico fue complejo, y necesitó de una sociedad más organizada, e incluso jerarquizada, pero con una fuerte implantación de los recursos comunes. El nomadismo suponía que la densidad de población fuese muy baja.El dominio de la agricultura dará al ser humano la posibilidad de transformar el paisaje radicalmente, y hacerlo más confortable. Pero esta no es labor de individuos sino de sociedades organizadas. Esto supone la existencia de un sistema social y jurídico estable, y decidido a transformar el medio, ordenando el esfuerzo y que permitiese la especialización del trabajo, y nuevas formas de organización. Esta sociedad necesitó de personas con capacidad para organizar el trabajo e inventar soluciones a los problemas vitales. Puede que estas personas se convirtiesen en jefes y luego fuesen mitificados, creando las religiones no mágicas. La división del trabajo fue necesaria para el buen funcionamiento de las tareas agrícolas. Este modelo tuvo una rápida difusión ya que todos los pueblos se enfrentaban a problemas similares, y pronto aparecerían las primeras culturas urbanas de Egipto y Mesopotamia, en las que también surgió en concepto de propiedad privada.Para las tareas agrícolas el primer sistema utilizado fue el de roza y fuego, lo que hizo a las sociedades agrícolas seminómadas, ya que las tierras se agotaban rápidamente y era necesario dejarlas en barbecho durante mucho tiempo. Sin embargo, la gran cantidad de tareas agrícolas no permitía, todavía, que hubiese personas que no se dedicasen a ellas. Las tareas tendían a hacerse en común. El aumento de la productividad de la tierra gracias a los avances del Neolítico, y al incremento de población, permitió liberar de tales tareas a parte de la sociedad, que se dedicó al comercio, a la defensa, y a la organización de la sociedad. Esto posibilitó la aparición de las ciudades como modelo de convivencia y organización social.MESOLÍTICO.Período prehistórico, entre el Paleolítico y el Neolítico, que duró aproximadamente entre el 10000 a. C. y el 5000 a. C. Su nombre significa Edad Media de la Piedra (del griego μεσος, mesos=medio; y λίθος, líthos=piedra) por contraposición al Paleolítico (Edad Antigua de la Piedra) y al Neolítico (Edad Moderna de la Piedra).Época marcada por el final de la era glacial del Pleistoceno, con la consiguiente mejoría de las condiciones de vida.Comienza la diferenciación de razas y la colonización del planeta.Culturas:AzilienseMaglemoisenseErteböllienseAhrensburgienseAsturienseLos hombres del Mesolítico se dedicaron a la caza, la pesca y la recolección, como los del Paleolítico Superior, pero sus condiciones de vida fueron relativamente más duras. El clima sufrió grandes cambios: había finalizado una etapa de glaciación. Las grandes masas de hielo y nieve se derritieron gradualmente, subió el nivel de los mares y se inundaron muchas regiones bajas. Por otra parte, el aumento de la temperatura provocó la desaparición o la migración hacia el Norte de los grandes mamíferos característicos del clima frío que habían otorgado una caza provechosa a los seres del Paleolítico Superior. La caza tuvo que orientarse hacia animales más pequeños o buscar otras formas de alimentación. El mamut se extinguió y los rebaños de herbívoros fueron sustituidos por animales de costumbres individuales, cuya caza era más compleja: el ciervo y los jabalíes. Los cazadores comenzaron a utilizar perros, con algún grado de domesticación, para sus actividades. También es importante la microlitización, es decir, la fabricación de pequeños utensilios adaptados a su nueva situación, como por ejemplo, la recolección de moluscos y la apertura de estos. Las armas más importantes fueron los arcos, reforzados por tendones, y las flechas de piedra con variadas formas geométricas (por ejemplo, triángulos y trapecios). Utilizaron también un tipo de flechas de hueso o de madera para conseguir pieles sin dañarlas demasiado. Durante este período se fabricaron trineos, en un principio tirados por hombres y luego por perros, y canoas de piel o de corteza de árboles. De la corteza de abedul fabricaron un producto para pegar, que se ha considerado probablemente como la sustancia más antigua realizada por el ser humano.Los hábitos de las culturas del Mesolítico eran nómadas, con alojamientos de invierno y campamentos de verano. En algunas regiones, donde las costas ofrecieron cantidades permanentes de alimentos, comenzaron a ubicarse asentamientos durante todo el año.El Mesolítico se divide en dos fases: El Epipaleolítico (o fase posterior del Paleolítico) cuyo nombre deriva de la raíz griega "epi", es decir "sobre"; y el Protoneolítico (periodo anterior al Neolítico y a la Edad de los Metales).La vida en el Mesolítico.Es durante este periodo cuando, tras la última glaciación wurmiense (Würm III), surgen los grandes bosques y se extinguen los grandes animales. El crecimiento de los bosques, debido a la modificación climática, hace más dificultosa la caza mayor. Los grandes mamíferos, como el Elefante lanudo, el Rinoceronte lanudo, los osos de las cavernas, desaparecen, y otros como el reno, emigran. Por el contrario prosperan el ciervo, el magurío, y sobre todo el caracol (signo de clima cálido y húmedo).Como especies de caza se conservan el ciervo, el sarrio, la cabra montesa, el jabalí y el corzo (estos dos últimos en franco aumento). También se cazan osos, zorros, gatos monteses, tejones y otros pequeños mamíferos; como aves se cazan los gansos, tordos, faisanes, arrendajos, palomas salvajes y otras. La recolección de frutos se extiende, y se comen caracoles y conchas. La pesca se desarrolla. El clima húmedo hace incrementar espectacularmente la cantidad de caracoles, que el hombre consume por millones como un nuevo alimento.Al poder vivir de las frutas que recolecta, el hombre tiene menos necesidad de cazar. Sale de las cuevas, cambia sus hábitos y su alimentación y se modifican sus características físicas.Se construyen las primeras chozas a orillas de los ríos, y se abandonan temporalmente las cuevas, viviéndose al aire libre en cabañas de madera y plantas, de las cuales no se conservan vestigios, pero en cuyos emplazamientos se localizan objetos de piedra tallada conocidos por "talleres de Sílex".Al desaparecer la caza mayor, la de los pequeños animales pasa a primer plano, y para ella se utilizan objetos de piedra de diversas formas, de uso a menudo incierto, muchas de las cuales debían usarse como saetas. Los instrumentos de medidas mayores se hacen escasos.En esta época los hombres van desnudos o con taparrabos, y las mujeres van desnudas o con unas faldas acampanadas hasta las rodillas, atadas con una cuerda a la cintura, y desnudas en la parte por encima de la cintura.Los grupos tienen probablemente un hechicero, que al principio se distinguía por adornos en las piernas, concretamente en las rodillas, y probablemente también en los brazos. Se practicaban bailes rituales, en los cuales probablemente se invocaba la fertilidad de las mujeres o más probablemente de los animales.La practica de la caza de animales menores, como ciervos o corzos, lleva a la técnica del encercamiento del animal por el grupo humano, y su matanza. Pronto los hombres aprenden a cazar a estos y otros animales empujándolos hacia sacos de cuero, y concentrándolos después en cercados hechos con empalizadas de madera. De esta forma se convirtieron en pastores.A la fertilidad de estos rebaños, y de los rebaños libres, se asocian las danzas rituales y los cultos asociados a pinturas rupestres de animales, con un significado probablemente mágico o de culto.La caza es la actividad principal y la mayor consideración social es para el gran cazador.Los hombres usan eventualmente (no siempre) plumajes en la cabeza, y brazaletes en los brazos y en los tobillos.Las mujeres eran altas, delgadas, esbeltas, con la cintura estrecha y la pelvis ancha; sus piernas eran robustas; sus pechos grandes y flácidos, y les colgaban exageradamente hasta la barriga. Su peinado era estrecho en el centro y colgando hacia los lados, cada vez con mayor anchura, hasta el final de la cabeza.NEOLITICO.NeolíticoEl período Neolítico es la etapa prehistórica que se desarrolla desde el año 7000 a.C. hasta aproximadamente el año 3000 a.C., donde el hombre ya conoce el fuego, viste su cuerpo, aunque ahora va reemplazando progresivamente los cueros por tejidos, ornamentando su figura con collares, ajorcas y brazaletes, y construye sencillas viviendas.Esta es la etapa de la piedra pulida, y en la que el hombre elige el sedentarismo como forma de vida, al crear técnicas para el cultivo de los suelos, y la domesticación de animales que le aportaron carne y leche.Sin embargo, no se dio en todo el mundo, el mismo desarrollo evolutivo. Sólo se experimentó este progreso, en un principio en una pequeña parcela de Eurasia, mientras en otros lugares de Europa, vivían en un gran retraso, muchas veces motivado por razones climáticas, como por ejemplo, en África, donde encontraron escollos por la sequedad y el calor del desierto de Sahara, y la humedad y calor de la jungla inexpugnable.Una de las ciudades más antiguas, es la de Jericó, en el valle del Jordán, a orillas del Mar Muerto, con edificaciones y grandes murallas que podemos ubicar en el año 7800 a.C. Próxima al río Tigres se desarrolló contemporáneamente la ciudad de Jarmo. En ambos casos, las viviendas eran construidas con piedra y una mezcla de arcilla, agua y paja, decoradas en su interior, y con mobiliario básico.El pasaje del nomadismo al sedentarismo fue gradual. La época de las glaciaciones había concluido y la temperatura había aumentado, pero como consecuencia del intenso frío de la época anterior muchas especies de animales y vegetales se habían extinguido, y hubo que hallar nuevas formas de supervivencia.Por el método de la observación, pudieron apreciar, que la circunstancial caída de una semilla en la tierra hacía brotar de ella una planta, a veces, por la costumbre de arrojar granos silvestres, como ofrenda a sus muertos. Así comenzaron a sembrar, siendo las primeras zonas, Asia y África, y los primeros cultivos, los cereales, sobre todo, el trigo, la cebada y el mijo. El centeno y la avena, fueron considerados hierbas por mucho tiempo, hasta descubrir sus propiedades nutritivas. El maíz se conoció en Europa recién con el descubrimiento de América, ya que es originario de esa zona.Sin embargo, en un principio, luego de la cosecha se trasladaban a otra zona, hasta que comprobaron que existían algunas tierras más fértiles que otras, y condiciones geográficas más adecuadas, como un clima cálido o templado y la cercanía de los ríos.Seguramente el cultivo de la tierra y la cría de animales, surgieron casi al mismo tiempo. En este caso, tras atrapar a los animales que serían objeto de sacrificio con fines alimenticios, debieron darles de comer y cuidarlos, por ejemplo, para engordarlos o permitir su reproducción y así comprendieron la ventaja de su crianza en cautiverio, sobre todo ovejas y cabras. Los animales comenzaron a acercarse al hombre, buscando también lugares provistos de agua y seguramente para comer los restos de cultivo, desechos de la nueva actividad agrícola.Así en las zonas cercanas a los ríos Amarillo, Indo, Nilo, Eufrates y Tigres, se establecieron los grupos humanos en forma permanente, construyendo diques y canales, para asegurarse el agua necesaria para el riego.En el Paleolítico las personas se agrupaban en clanes, que descendían de un antepasado común, en este período, surgen las aldeas, con mayor número de integrantes, formadas por la reunión de varios clanes, bajo la supremacía de un jefe, que impartía las órdenes ayudado por una asamblea, constituida por los jefes de cada clan.En la aldea se producía, se almacenaban los alimentos, guardándolo por lo general en un templo, para evitar su apropiación indebida y se realizaban tareas de defensa a cargo de los soldados. Con el tiempo, varias aldeas se pusieron bajo la supremacía de una más populosa, y con mayores posibilidades de protección y administración, que se convirtió en ciudad.El trabajo de la tierra no fue la única actividad desarrollada en el Neolítico, aunque sí la principal, ya que algunos sectores se dedicaron a la producción artesanal y otros al culto, sentando las bases de una sociedad jerarquizada y con división del trabajo. El intercambio de excedentes de producción entre aldeas se realizaba mediante trueque.A partir del año 6500 a.C. se trabajaron los cestos, con técnica de enrollado. Conocieron también el hilado y el tejido. Estos últimos fueron hallados en Egipto.En la ciudad chipriota de Khirikitia, surgió la alfarería, pero fue en el sur de Turquía donde se desarrolló más plenamente, realizando vasijas de madera, piedra y marfil, hallándose en ese lugar piezas pintadas con dibujos de color rojo sobre fondo crema, ubicadas cronológicamente en el año 5500 a.C.A este cambio en la forma de vida se sumó la necesidad de contar con nuevas herramientas que les permitiera el uso adecuado del suelo, por ejemplo, realizar surcos para poder sembrar. Estos se hacían con azadas de piedra y madera, por lo que debieron trabajar estos materiales con mayor precisión y perfeccionamiento. Así surge el tallado y pulido de las piedras con la finalidad de crear herramientas más resistentes y de formas precisas, y no tanto para la fabricación de armas, ya que esta sociedad era en general pacífica, aunque contaban con arcos, flechas, hondas, masas, matracas y hachas de guerra, estas últimas confeccionadas con una cabeza de piedra y un mango de hueso.Aproximadamente en el año 4000 a.C. descubrieron los metales, primero el cobre, que luego, al lograr su aleación con el estaño les permitió acceder al bronce. Con la posibilidad de fundir y moldear los metales, que los localizaron lejos de sus poblados, en yacimientos de minerales, lograron herramientas y armas mucho más resistentes, aunque también los utilizaron para fines de ornamentación y utensilios domésticos, sirviendo también como intercambio económico.Los primeros medios de transporte pueden ubicarse en esta época, siendo las embarcaciones, en su forma de canoa, su primera realización, tal vez, al observar la posibilidad de flotación de los árboles caídos.Tampoco puede dejar de mencionarse el papel de la religión en la conformación del espíritu colectivo, ya que se han hallado grandes monumentos de piedra, llamados megalíticos, palabra que proviene del griego, y que significa megas=grande y lithos=piedra, que simbolizaban el culto a los antepasados.Entre estos monumentos megalíticos se destacan los menhires, colocados sobre la tierra en forma vertical, para identificar el lugar donde yacían los restos de un antepasado muerto. Los menhires podían estar dispuestos en forma circular y conjunta, posiblemente para ofrecer un culto colectivo, recibiendo en este caso el nombre de cromlech. Los dólmenes, son piedras horizontales apoyadas sobre piedras verticales, que podrían haber sido tumbas colectivas.El período Neolítico tuvo su fin, con la aparición de las primeras civilizaciones, en China y en la India. En ese momento, se estima que la población mundial no era superior a 100.000.000 de habitantes, comparativamente, actualmente es cercana a los 4.000.000000.

HISTORIA (CONCEPTO)

I. HISTORIA E HISTORIOGRAFÍA
La historiografía es la ciencia de la historia; de donde resulta que la historia es el objeto de la historiografía; sin embargo, no habría historia sin historiografía. Es decir, lo que singulariza el fenómeno que llamamos historia es que consiste en un proceso de autoconciencia, de reflexión sobre sí mismo. Y la historiografía es la forma más elaborada de esa conciencia. De otro modo, toda nuestra conciencia viene determinada por el pasado y nuestro hacer en el presente depende de esa conciencia histórica. Y es justamente a ese hacer con conciencia, ese hacer humano, a lo que llamamos historia; otra cosa sería mera biología.
Por tanto, podemos definir la historia como un vasto y complejo proceso de génesis, crecimiento y organización a través del cual la humanidad toma conciencia de sí misma y de su situación en el mundo, y el individuo emerge como persona ante la naturaleza y la propia historia.
Consideremos ahora cada uno de los elementos de la definición. En primer lugar, tenemos un proceso vasto y complejo; es decir, tenemos algo que sucede en el tiempo y tiene, por tanto, un carácter asimétrico, vectorial, cuya amplitud abarca a toda la especie humana y en el que intervienen múltiples y diversos elementos.
La historia, además, como la vida de donde procede, es crecimiento. Basta para comprobarlo comparar los miles de millones de individuos que hoy pueblan el planeta Tierra con los escasos miles de las primeras culturas paleolíticas. Por supuesto que el crecimiento se puede decir en otros sentidos; pero parece que este modo de crecimiento es el más evidente y fácil de evaluar.
La historia, en consecuencia, es organización de la vida humana, lo que resulta claro al observar la mayor diferenciación de funciones, y de organismos e instituciones que se ocupan de ellas, en las modernas sociedades posindustriales al lado de las primitivas comunidades de cazadores, lo cual se traduce en una creciente complejidad de la vida social.
La historia como conciencia: El continuo desarrollo de las ciencias humanas y de la naturaleza, y la divulgación del saber y de la información a capas cada vez más amplias de la población, explican suficientemente este aspecto del devenir histórico.
La historia como personalización: En la historia el individuo va conquistando penosamente el derecho a que se le reconozca y considere por sí mismo, como ser humano, y no como miembro pasivo de una estructura superior, como extraño (es lo que hoy llamamos Derechos Humanos). Los profetas y filósofos ya enseñaron hace tiempo que todas las personas tienen derecho a que se les considere como tales, que todos somos hijos del mismo Dios, y hoy no son pocos los territorios en que la teoría jurídica, política e ideológica asume este reconocimiento; pero su realización es siempre incompleta (acaso porque su logro tiene ese carácter de horizonte utópico que tantas veces ha inspirado a filósofos y profetas).

BABILONIA, MESOPOTAMI Y SUMERIA


BABILONIA

Fundación y primeros años:
Según la Biblia, Babilonia fue fundada por
Nimrod en 2500 a. C., quizá como un pequeño pueblo a orillas de Río Eufrates, y que casi seguramente, durante el período Sumerio, estuvo subordinada a la más poderosa ciudad de Kish. La primera mención de Babilonia se encuentra en una tablilla, fechada en el siglo XXIV , del reino de Sharrukim de Akkad (Sargón de Acad), quien la hizo capital de un oscuro y perdido distrito de su imperio. Durante algún tiempo fue sólo una ciudad provincial más. Ya comenzada la segunda mitad del siglo XXI a. C., nómadas semitas procedentes del Desierto de Arabia (Amorreos y Tidnum) expropiaron a Amar-Sin, Rey de Sumeria y Akadia, parte de los territorios del centro de Mesopotamia (Akkad) y quisieron penetrar en Kish, pero fueron expulsados de esta última ciudad, quedando limitados a las orillas del Eufrates, es decir, Babilonia. Por ser su única posesión importante por mucho tiempo, los Martu, se encargaron de engrandecerla y embellecerla. En 2004 a. C., el Imperio de Ur III, cayó ante una coalición de Pueblos nómadas de los Montes Zargos, Elamitas, la ciudad de Isín, y los Amorreos o Martu. Estos últimos, se asentaron en la Media y Baja Mesopotamia, apoderandose de las ciudades y fundando dinastías amorritas en ellas.
Primer período Imperial
Una de las ciudades bajo gobierno Amorreo, fue Babilonia, que, si bien hacía ya mucho tiempo que estaba bajo dominio amorreo, no tenía dinastía propia. La Primer
Dinastía Babilónica, fue fundada en 1894 a. C. por el amorrita Sumu-abum. Se convirtió así, en una Ciudad-Estado independiente regida por esta dinastía, cuyo sexto Rey, Hammurabi (que reinó desde 1792 a. C. hasta 1750 a. C. según la cronoñogía media), engrandecería colosalmente y extendería sus dominios, transformandola en la capital del Imperio Amorreo, que dominó toda la Mesopotamia. Desde entonces, y en adelante, adquirió gran relevancia como la verdadera metrópoli de todo el sur de Mesopotamia. Pero el Imperio no duró mucho. Tras la muerte de Hammurabi, comenzaron las revueltas:
en
1729 a. C. los primeros caudillos Casitas (tribu Aria Indoeuropea y nómade), comenzaron sucesivos intentos de conquista de Babilonia
en
1720 a. C. una región en el extremo meridional de Mesopotamia conocida como País del MaL, comienza sucesivas revueltas con la fundación de una dinastía propia
Finalmente, en
1595 a. C., sin poder resistir las presiones de los Casitas del SUR, Samsu-Ditana, último rey del Primer Imperio Babilónica, es depuesto por el caudillo Casita, Agum II.
Primeras revueltas
Durante el reinado de Senaquerib, Babilonia sufrió un constante estado de revuelta, el cual fue sólo sofocado mediante la completa destrucción de la capital. En el año
689 a. C. sus muros, templos y palacios fueron demolidos, y sus ruinas fueron lanzadas al Arakhtu, el canal que bordeaba la antigua Mesopotamia por el sur. Este acto conmocionó la conciencia religiosa de Mesopotamia; el posterior asesinato de Senaquerib fue tomado como explotación de ello, y su sucesor Asarhaddón se cayo apresuró a reconstruir la antigua ciudad, recibir a su gente, y hacerla su residencia durante parte del año. A su muerte, Babilonia fue dejada a su hijo mayor Assurbanipal de Asiria.
Una vez más, Babilonia fue asediada por los asirios y sometida por inanición. Asurbanipal purificó la ciudad y celebró un "servicio de reconciliación", pero no se aventuró a "tomar las manos" de Bel. En la posterior caída del Imperio Asirio los babilonios vieron otro ejemplo de divina venganza.
Con la caída definitiva de Asiria y la destrucción de
Nínive (612 a. C.), Babilonia se liberó por fin del yugo asirio, y llegó a hacerse la capital de un creciente Imperio Babilónico.
La recuperación de la independencia babilónica bajo
Nabopolasar supuso la llegada de una nueva era de actividad arquitectónica, y su hijo Nabucodonosor II hizo de Babilonia una de las maravillas del mundo antiguo.
Embellecimiento de Babilonia por Nabucodonosor II

Puerta de Ishtar.

Fue bajo el gobierno del rey Nabucodonosor II (605562 a. C.) cuando Babilonia llegó a ser una de las ciudades más espléndidas del mundo antiguo. Nabucodonosor ordenó la completa reconstrucción de las tierras imperiales, incluyendo la reconstrucción de los Jardines colgantes de Babilonia (una de las siete maravillas del mundo), de los cuales se dice haber sido construidas para su nostálgica esposa Amyitis. La existencia de los jardines es un tema de disputa: a pesar de que las excavaciones del arqueólogo alemán Robert Koldewey parecen confirmar su existencia, muchos historiadores están en desacuerdo sobre la localización, y algunos creen que pueden haber sido confundidos con los jardines de Nínive.
Babilonia bajo los persas
Después de pasar varias vicisitudes, la ciudad fue ocupada en el 539 a. C. por
Ciro el Grande, rey de Persia. Bajo Ciro y su heredero, Darío I el Grande, Babilonia se convirtió en un centro de aprendizaje y avance científico. Los eruditos babilonios completaron mapas de constelaciones, y crearon los fundamentos de la astronomía y las matemáticas modernas. El hijo de Darío I, Artajerjes (465/464) - 424 a. C. publicó un decreto en 457 a. C., donde permitió que los judíos volvieran a su propia tierra. Sin embargo, bajo el reinado de Darío III Codomano, Babilonia empezó a estancarse progresivamente.
La invasión de Alejandro Magno
En el
331 a. C. el rey persa Darío III fue derrotado por las fuerzas del rey macedonio Alejandro III en la batalla de Gaugamela, y en octubre Babilonia vio su invasión y ocupación. Un informe nativo de esta invasión relata una orden de Alejandro para no entrar a los hogares de sus habitantes, considerando a la urbe como ciudad liberada.
Bajo Alejandro, Babilonia floreció otra vez como centro de estudio y comercio. Pero después de la misteriosa muerte de Alejandro en el
323 a. C. en el palacio de Nabucodonosor, su imperio se dividió entre sus generales, los diádocos, y pronto empezaron décadas de lucha por los restos de su imperio, con Babilonia una vez más atrapada en el medio.
Las constantes revueltas fueron vaciando paulatinamente la ciudad de Babilonia. Una tabla datada en el año
275 a. C. afirma que los habitantes de Babilonia fueron transportados a Seleucia del Tigris, la nueva capital creada por Seleuco I Nikátor para su nuevo reino, en la cual erigió un nuevo palacio, así como fue un templo llamado E-Saggila. Con este evento la historia de Babilonia llegó prácticamente a su fin, a pesar de que más de un siglo después todavía se practicaban sacrificios en su viejo santuario. Hacia el año 141 a. C., cuando los partos sometieron la región, Babilonia estaba en completa desolación y oscuridad...

MESOPOTAMIA

Localización aproximada de las culturas Hassuna-Samarra y Halaf durante el "período 6".
En el interior de Mesopotamia, la agricultura y la ganadería se impusieron entre 6000 y 5000 a. C., suponiendo la entrada de lleno al
Neolítico.[] Durante este período, las nuevas técnicas de producción que se habían desarrollado en el área neolítica inicial se expandieron por las regiones más tardías, entre ellas la Mesopotamia interior.[] Ello trajo el desarrollo de ciudades. Algunas de las primeras fueron Buqras, Umm Dabaghiyah y Yarim, y, más tardíamente, tell es-Sawwan y Choga Mami, que formaron la llamada cultura Umm Dabaghiyah. Posteriormente es sustituida por las culturas de Hassuna-Samarra entre 5600 y 5000 a. C., y Halaf, entre 5600 y 4000 a. C. (Halaf tardío).[2] [1]
Aproximadamente en el 3000 a. C., apareció la escritura, en aquella época utilizada solo para llevar las cuentas administrativas de la comunidad. Los primeros escritos que se han hallado están escritos sobre argila (muy frecuente en aquella zona)con unos dibujos formados por líneas (pictogramas).
La civilización urbana siguió avanzando durante el
período de El Obeid[3] (5000 a. C.3700 a. C.) con avances en las técnicas cerámicas y de regadío[4] y la construcción de los primeros templos urbanos.
Tras El Obeid, se sucede el
Período de Uruk, en el cual la civilización urbana se asentó definitivamente con enormes avances técnicos como la rueda y el cálculo, realizado mediante anotaciones en tablillas de barro y que evolucionaría hacia las primeras formas de escritura.
Los sumerios
Después del año
3000 a. C. los sumerios crearon en la baja Mesopotamia un conjunto de pueblos estado como lo son Uruk, Lagash, Kish, Uma , Ur y Eridu cuyo medio económico se basaba en el regadío. En ellas había un rey absoluto el cual se hacia llamar Vicario del dios protector de la ciudad.
Fueron los primeros en crear la escritura cuneifome, también construyeron grandes templos.

Situación de las principales ciudades
sumerias y alcance de esta cultura durante el período dinástico arcaico.
La difusión de los avances de la cultura de Uruk por el resto de Mesopotamia dio lugar al nacimiento de la cultura Sumeria. Estas técnicas permitieron la proliferación de las ciudades por nuevos territorios. Estas ciudades pronto se caracterizaron por la aparición de murallas, lo que parece indicar que las guerras entre ellas fueron frecuentes. También destaca la expansión de la escritura que saltó desde su papel administrativo y técnico hasta las primeras inscripciones dedicatorias en las estatuas consagradas de los templos.
Pese a la existencia de las
listas reales sumerias la historia de este período es relativamente desconocida, ya que gran parte de los reinados expuestos en ellas tienen fechas imposibles. En realidad, estas listas se confeccionaron a partir del siglo XVII a. C., y su creación se debió probablemente al deseo de los monarcas de remontar su linaje hasta tiempos épicos. Algunos de los reyes son probablemente reales pero de muchos otros no hay constancia histórica y otros de los que se sabe su existencia no figuran en ellas.
El Imperio Acadio
Los ciento cincuenta años de dominio acadio dejarán un profundo recuerdo en la metalidad mesopotámica, que, en los siglos posteriores, será la cuna de grandes imperios sucesivos, para cuyos monarcas,
Sargón y su nieto, Naram-Sim, se convertirán en los modelos arquetípicos de emperador. Sobre el primero se proyectarán las virtudes a seguir, convirtiéndole en mito; sobre el segundo, el antimodelo del imperio agotado en sofocar rebeliones.
Los semitas eran nómadas que habitaban en la península arábiga. Hacia
3000 a. C. se extendieron hacia el norte, fundando diferentes grupos como los amorreos, en los que se incluyen fenicios, israelitas y arameos. En Mesopotamia los más importantes fueron los acadios.
Hacia
2350 a. C., Sargón, un usurpador de origen acadio, se hizo con el poder en la ciudad de Kish. Fundó una nueva capital, Agadé y conquistó el resto de ciudades sumerias, venciendo al rey de Umma hasta entonces dominante, Lugalzagesi. Este fue el primer gran Imperio de la historia y sería continuado por los sucesores de Sargón que se tendrían que enfrentar a constantes revueltas. Entre ellos destacó el nieto del conquistador, Naram-Sin. Esta etapa marcó el inicio de la decadencia de la cultura e idioma sumerios en favor de los acadios.
El imperio se deshizo hacia el
2220 a. C., debido a las constantes revueltas y las invasiones de los nómadas amorreos y, principalmente, gutis. Tras su caída, la regíon entera cayó bajo el dominio de esta tribu, quienes se impusieron sobre las ciudades-estado de la región, especialmente en el entorno de la destruida Agadé. Las crónicas sumerias los describen constantemente de forma negativa, como "horda de bárbaros" o "dragones de montaña", pero es posible que la realidad no fuese tan negativa; en algunos centros se produjo un verdadero florecimiento de las artes. Es el caso de la ciudad de Lagash, especialmente durante el gobierno del patesi Gudea. Además de la calidad artística, en las obras de Lagash se utilizaron materiales provenientes de regiones lejanas: madera de cedro del Líbano o diorita, oro y cornalina del valle del Indo; lo que parece indicar que el comerció no se debió ver especialmente lastrado. Las ciudades meridionales, más alejadas del centro de poder guti, compraban su libertad a cambio de importantes tributos; Uruk y Ur prosperaron durante sus IV y II dinastías.
Renacimiento sumerio



Extensión del imperio de la Tercera Dinastía de Ur.
Según una tablilla conmemorativa fue
Utu-hengal, rey de Uruk, quien en torno a 2100 a. C. derrotó y expulsó a los gobernantes gutis de las tierras sumerias. Su éxito no le sería de mucho provecho ya que poco después el rey de Ur, Ur-Nammu, consiguió la hegemonía en toda la región con la llamada III dinastía de Ur o Renacimiento sumerio. El imperio surgido a raíz de esta hegemonía sería tan extenso o más que el de Sargón, del que tomaría la idea de imperio unificador, influencia que se aprecia incluso en la denominación de los monarcas, que a imitación de los acadios se harán llamar "reyes de Sumer y Acad".[9]
A
Ur-Nammu le sucederá su hijo, Shulgi que combatió contra Elam y las tribus nómadas de los Zagros. A éste le sucedió su hijo Amar-Suen y a éste primero un hermano suyo, Shu-Sin y después otro Ibbi-Sin. En el reinado de este último los ataques de los amorreos, provenientes de Arabia, se hicieron especialmente fuertes y en el 2003 a. C. caería el último imperio predominantemente sumerio. En adelante será la cultura acadia la que predomine y posteriormente Babilonia heredará el papel de los grandes imperios sumerios.
Las dinastías amorritas.
Con la caída de la hegemonía de Ur no se repitió un período de oscuridad como el que había acontecido con la del Imperio Acadio. Esta etapa estará marcada por el ascenso progresivo de dinastías amorritas en prácticamente todas las ciudades de la región.
Durante los primeros cincuenta años parece que fue la ciudad de
Isín la que trató sin éxito de imponerse en la región. Posteriormente, hacia 1930 a. C. serán los monarcas de Larsa los que se lancen a la conquista de las ciudades vecinas, atacando Elam y las ciudades del Diyala y conquistando Ur, pese a lo cual no consiguió un dominio completo en la región; sin embargo, conservó su hegemonía hasta prácticamente la caída ante Hammurabi, salvo un período entre 1860 y 1803 a. C. en el que la vecina Uruk consigue desafíar su puesto.
En Elam la influencia acadia se hizo más fuerte y el reino estuvo plenamente inmerso en los asuntos mesopotámicos. En la mesopotamia septentrional y en
Asiria, surgieron los primeros estados fuertes, posiblemente reformados por el comercio existente entre las áreas de más al sur y la Anatolia. Destacó el reinado de Shamshi-Adad I quien llegó hasta la costa mediterránea, imponienedo vasallaje a las ciudades de la región.
El Imperio Paleobabilónico
Mapa del Imperio paleobabilónico tras las conquistas de
Hammurabi, hacia 1750 a. C. Los nómadas casitas, tal vez originarios del sureste de Irán, ya se habían establecido en los montes Zagros, en el límite oriental del imperio. No tardarían en avanzar sobre él.
En
1792 a. C. Hammurabi llega al trono de la hasta entonces poco importante ciudad de Babilonia, a partir de la cual comenzará una política de expansión; en primer lugar se liberó de la tutela de Ur para, en 1786, enfrentarse al vecino rey de Larsa, Rim-Sin, arrébatandole Isín y Uruk; con la ayuda de Mari, en 1762 venció a una coalición de ciudades de la ribera del Tigris, para, un año después, conquistar la ciudad de Larsa. Tras esto se proclamó rey de Sumer y Acad, título que había surgido en tiempos de Sargón de Acad, y que se había venido utilizando por los monarcas que conseguían el dominio de toda la región de Mesopotamia. Tras un nuevo enfrentamiento con una nueva coalición de ciudades conquistó Mari, tras lo cual, en 1753, completó su expansión con las conquistas de Asiria y Eshnunna, al norte de Mesopotamia.
Con el paso de los siglos la imagen del monarca se mitificó, no sólo debido a sus conquistas, sino también a su actividad constructora y de mantenimiento de los canales de riego, y a la elaboración de códigos de leyes, como el conocido
código de Hammurabi. Todo esto le colocó en la estela de Sargón l.
Hammurabi murió en 1750 a. C., tras lo cual reinó
Samsu-iluna, quien tuvo que enfrentarse a un ataque de los nómadas casitas. Esta situación se repetiría en 1708, durante el reinado de Abi-Eshuh. En efecto, desde la muerte del conquistador, los problemas con los casitas se habían multiplicado. Esta presión fue constante y en progreso durante el siglo XVII a. C., lo que fue desgastando al imperio. Fue un ataque del rey hitita, Mursili I, lo que le dio la puntilla, tras lo cual la región cayó bajo el poder de los casitas.
Véase también:
Babilonia y Asiria
Historia arqueológica
Los primeros sondeos en la región se llevaron a cabo en
1786 por el vicario general Joseph de Beauchamps, pero habría que esperar hasta 1842 para la primera excavación arqueológica real. Fue motivada por el cónsul francés en Mosul y se centró en el área de tell Kujunjik, ceca de Nínive. Los resultados no fueron interesantes pero, tras trasladarse la excavación por consejos de un aldeano, aparecieron unos bajorrelieves asirios, lo que supuso el primer hallazgo histórico de las civilizaciones mesopotámicas, desde las que, hasta entonces, sólo se sabía por las menciones en la Biblia.
A partir de este momento la investigación estuvo marcada por la rivalidad entre ingleses y franceses. Los primeros hallaron el principio de la
biblioteca de Asurbanipal, los segundos, el palacio de Sargón II en Khorsabad cuyos hallazgos tuvieron un desgraciado fin, al hundirse en el Tigris una embarcación con 235 cajas de material.
En el área del sur, en la
década de 1850, se descubrieron las ciudades de Uruk, Susa, Ur y Larsa, si bien no fue a partir de 1875 cuando se hallaron evidencias de la civilización sumeria. Hasta los primeros años del siglo XX aparecieron gran cantidad de restos, incluido un gran número de estatuas de Judea. En esta etapa también comienzan a florecer las excavaciones de alemanes y estadounidenses.
Cultura
Las culturas de Mesopotamia fueron pioneras en muchas de las ramas de conocimiento; desarrollaron la escritura, en principio pictográfica y más adelante la fonética; en el campo del derecho, crearon los primeros códigos de leyes; en arquitectura, desarrollaron importantes avances como la bóveda y la cúpula.
Sus restos, aunque quizás todavía hay muchos por descubrir, muestran una cultura que ejerció una poderosa influencia en otras civilizaciones del momento y por ende el desarrollo de la cultura occidental.
Ciencias
El cálculo floreció en Mesopotamia mediante un
sistema decimal y sexagesimal, cuya primera aplicación fue en el comercio. Además de suma y resta conocían multiplicación y división y, a partir del II milenio a. C. desarrollaron una matemática que permitía resolver ecuaciones de hasta tercer grado. Conocían asimismo el número π, la raíz y la potencia, por lo que eran capaces de calcular volúmenes y superficies de las principales figuras geométricas.
La evolución astronómica floreció de igual forma. Los sumerios sabían distinguir entre planetas –objetos móviles– y estrellas. Pero fueron los babilonios quienes más desarrollaron este campo, siendo capaces de prever fenómenos astronómicos con antelación. Este conocimiento de la astronomía les llevo a adoptar un preciso
calendario lunar, que incluía un mes suplementario que lo ajustaba al solar.
También se han encontrado tratados de medicina y listados sobre geología, en los que se trataba de clasificar los diferentes materiales.
Literatura
Antes de hallar la literatura, el lenguaje escrito se usaba para llevar las cuentas administrativas de la comunidad. Con el tiempo, se le empezó a dar otro uso; explicar hechos, fitas, leyendas, catástrofes, etc.

Himno a Iddin-Dagan, rey de Larsa. Inscripciones cuneiformes en sumerio de en trono al 1950 a. C.
La literatura sumeria comprende tres grandes temas, mitos, himnos y lamentaciones. Los mitos se componen de breves historias que tratan de perfilar la personalidad de los dioses mesopotámicos:
Enlil, principal dios y progenitor de las divinidades menores; Inanna, diosa del amor y de la guerra o Enki, dios del agua dulce frecuentemente enfrentado a Ninhursag, diosa de las montañas. Los himnos son textos de alabanza a los dioses, reyes, ciudades o templos. Las lamentaciones relatan temas catastróficos como la destrucción de ciudades o templos y el abandono de los dioses resultante.
Algunas de estas historias es posible que se apoyasen en hechos históricos como guerras, inundaciones o la actividad constructora de un rey importante magnificados y distorsionados con el tiempo.
Una creación propia de la literatura sumeria fue un tipo de poemas dialogados basados en la oposición de conceptos contrarios. También los proverbios forman parte importante de los textos sumerios.
Religión
Religión: Las religiones fueron politeístas. En cada ciudad se adoraba a distintos dioses, aunque había algunos comunes. Entre estos podemos ver a: An: Dios del cielo, Enki: Dios de la Tierra, Nannar: Dios de la Luna, Utu: Dios del Sol, Inanna: diosa Venus, Politeísmo: Ésta doctrina que admite pluralidad de dioses, aunque en realidad, la mayoría de las más religiones aparentemente politeístas como la griega o la hindú, son monoteísmos en los cuales un Ser Supremo se manifiesta de formas diversas, como ocurre en la Trimurti hindú cuyos dioses fundamentales, Brama, Vishnu y Shiva, tienen una relación entre sí equivalente a la de las personas de la Trinidad cristiana. En tales casos, los historiadores de las religiones hablan de un Deus Otioso, es decir, un Ser Supremo que, por su sublimidad, solo es accesible a los fieles a través de sus manifestaciones o de sus ángeles o espíritus intermediarios.
Algo que los caracterizaba y los desvalorizaba era que sus dioses estaban asociados a artes que ellos fueron viendo por si mismos también como tenían dioses de la ganadería, escritura, confección, etc. Esto hizo que ellos tuvieran una religión muy amplia y para alguna persona muy interesante ya que podría ser mucho más estudiada.


SUMERIA

Primeros pobladores
En la Baja Mesopotamia existían asentamientos humanos desde el
Neolítico como demuestra la cultura de Jarmo, (6700 a. C. - 6500 a. C.) y en el Calcolítico las de cultura Hassuna-Samarra (5500 - 5000 a. C.), El Obeid (5000 - 4000 a. C.), Uruk (4000 - 3200 a. C.) y Yemdet Nasr (3200 - 3000 a. C.).
Puesto que no existen registros escritos de esa etapa, los cráneos hallados no aclaran el problema debido a que están representadas tanto la
dolicocefalia como la braquicefalia, con algunos testimonios del tipo armenoide. Las esculturas sumerias muestran un alto índice de cráneos braquicéfalos en sus representaciones que quizá podían dilucidar, junto con las coloraciones y las dimensiones de las esculturas, una mezcla entre caucásicos y miembros de raza negra. Con todo, no es suficiente puesto que la plástica podría haberse idealizado, como pasaba en las esculturas egipcias.
La posibilidad de identificación basada en la evolución de los tipos craneales en el conjunto del Oriente Medio se ha descartado por estar bastante mezclados, sin embargo podemos distinguir cuatro grandes grupos con los rasgos principales de cada uno de ellos de distintas épocas: antes de 4.000 a. C., sólo encontramos poblaciones dolicocéfalas del tipo "mediterráneo"; los "eurafricanos", que sólo es una variedad del mismo que no tuvieron un papel apreciable hasta 3.000 a. C.; el tipo "alpinos" braquicéfalos se manifiestan moderadamente después de 2.500 a. C., y los "armenoides", derivados tal vez de estos alpinos aparecen en abundancia después de 500 a. C. Los pueblos descendientes de los
cimerios tienden a tener en promedio más cabezas "redondeadas" (braquicéfalas) que los demás pueblos de esa área y la palabra "sumerio" puede ser una transliteración de la palabra "cimerios" según algunos filólogos, es por esto que varios investigadores creen que ambos pueblos son un mismo pueblo en diferentes épocas, pero no hay suficientes evidencias para sustentar esta hipótesis.
Parece posible que los sumerios fuesen una tribu proveniente de fuera, posiblemente de las estepas, pero su origen concreto es desconocido. Esto es lo que se ha venido denominando desde el
siglo XX como el "problema sumerio."
De todas formas, en el período de el Obeid se producen avances que cristalizan en Uruk como para considerar a éste como el inicio de la civilización sumeria.
Período de Uruk
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Período de Uruk
Uruk, la Erec bíblica y la árabe Warka, es el escenario de descubrimientos fundamentales para la historia de la humanidad: aparece la rueda por 3500 a. C. y la escritura en el 3300 a. C., que es la datación más antigua de tablillas de arcilla con escritura cuneiforme encontradas hasta la fecha. Son estos registros escritos los que confirman que los sumerios no eran un pueblo indoeuropeo ni semita. Así lo demuestra su lengua de tipo aglutinante. Por tanto, se especula, como se ha dicho que los sumerios no fueron el primer pueblo en asentarse en la baja Mesopotamia, en el curso bajo del Creciente fértil, sino que llegaron en un determinado momento de la Edad del Cobre o Calcolítico, allá por el año 3500 antes de nuestra era, durante el período ahora denominado U.
Período dinástico arcaico
Artículo principal:
Período dinástico arcaico


Situación de las principales ciudades sumerias y alcance de esta cultura durante el período dinástico arcaico.
La difusión de los avances de la cultura de Uruk por el resto de Mesopotamia dio lugar al nacimiento de la cultura Sumeria. Estas técnicas permitieron la proliferación de las ciudades por nuevos territorios. Estas ciudades pronto se caracterizaron por la aparición de murallas, lo que parece indicar que las guerras entre ellas fueron frecuentes. También destaca la expansión de la escritura que saltó desde su papel administrativo y técnico hasta las primeras inscripciones dedicatorias en las estatuas consagradas de los templos.
Pese a la existencia de las
listas reales sumerias la historia de este período es relativamente desconocida, ya que gran parte de los reinados expuestos en ellas tienen fechas imposibles. En realidad, estas listas se confeccionaron a partir del siglo XVII a. C., y su creación se debió probablemente al deseo de los monarcas de remontar su linaje hasta tiempos épicos. Algunos de los reyes son probablemente reales pero de muchos otros no hay constancia histórica y otros de los que se sabe su existencia no figuran en ellas.
El dominio acadio



Estatuilla de Judea de Lagash, hacia 2120 a. C., príncipe de Lagash
Hacia
2350 a. C., Sargón, un usurpador de origen acadio, se hizo con el poder en la ciudad de Kish. Fundó una nueva capital, Agadé y conquistó el resto de ciudades sumerias, venciendo a Lugalzagesi, el rey de Umma hasta entonces dominante. Este fue el primer gran Imperio de la historia y sería continuado por los sucesores de Sargón, que se tendrían que enfrentar a constantes revueltas. Entre ellos destacó el nieto del conquistador, Naram-Sin. Esta etapa marcó el inicio de la decadencia de la cultura e idioma sumerios en favor de los acadios.
El imperio se deshizo hacia el
2220 a. C., debido a las constantes revueltas y las invasiones de los nómadas amorreos y, principalmente, gutis. Tras su caída, toda la región cayó bajo el dominio de estas tribus, quienes se impusieron sobre las ciudades-estado de la región, especialmente en el entorno de la destruida Agadé. Las crónicas sumerias los describen constantemente de forma negativa, como "horda de bárbaros" o "dragones de montaña", pero es posible que la realidad no fuese tan negativa; en algunos centros se produjo un verdadero florecimiento de las artes. Es el caso de la ciudad de Lagash, especialmente durante el gobierno del patesi Gudea. Además de la calidad artística, en las obras de Lagash se utilizaron materiales provenientes de regiones lejanas: madera de cedro del Líbano o diorita, oro y cornalina del valle del Indo; lo que parece indicar que el comercio no se debió ver especialmente lastrado. Las ciudades meridionales, más alejadas del centro de poder guti, compraban su libertad a cambio de importantes tributos; Uruk y Ur prosperaron durante sus IV y II dinastías.
El Renacimiento sumerio


Extensión del imperio de la Tercera Dinastía de Ur.
Artículo principal:
Renacimiento sumerio
Según una tablilla conmemorativa fue
Utu-hengal, rey de Uruk, quien en torno a 2100 a. C. derrotó y expulsó a los gobernantes gutis de las tierras sumerias. Su éxito no le sería de mucho provecho ya que poco después el rey de Ur, Ur-Nammu, consiguió la hegemonía en toda la región con la llamada III dinastía de Ur o Renacimiento sumerio. El imperio surgido a raíz de esta hegemonía sería tan extenso o más que el de Sargón, del que tomaría la idea de imperio unificador. Esta influencia se aprecia incluso en la denominación de los monarcas, que a imitación de los acadios se harán llamar "reyes de Sumer y Acad"
A
Ur-Nammu le sucederá su hijo, Shulgi, quien combatió contra Elam y las tribus nómadas de los Zagros. A éste le sucedió su hijo Amar-Suen y a éste primero un hermano suyo, Shu-Sin y después otro Ibbi-Sin. En el reinado de este último los ataques de los amorreos, provenientes de Arabia, se hicieron especialmente fuertes y en 2003 a. C. caería el último imperio predominantemente sumerio. En adelante será la cultura acadia la que predomine y, posteriormente, Babilonia heredará el papel de los grandes imperios sumerios.
Periodo de Ur III
La desaparición del
Imperio Acadio permitió el renacimiento de Sumer y el regreso al régimen de las ciudades estado. Tienen gran relevancia las reformas de Gudea de la II Dinastía de Lagash en esta época neosumeria (2175 a. C.). Posteriormente en la III Dinastía de Ur, Ur-Nammu lleva a cabo un código bien estructurado con numerosas cambios. En esta época se empiezan a nombrar como Reyes de Sumer y Akkad (2111 a. C.). Shulgi en 2093 a. C. impulsará una evolución referente a los pesos y medidas existentes, a la vez que reforzará las fronteras por el acoso de los semitas-amoritas.
Pese a ello, finalmente sucumbió a los ataques de los
amoritas (amorreos) los cuales llevaban tropas auxiliares elamitas-semitas, procedentes de la meseta de Irán, las cuales prevalecieron y saquearon Ur(2003 a. C.). Se vuelve a un estado de fragmentación política y proliferan dinastías locales. Rimsin creará un pequeño imperio en 1792 a. C. donde se introducirá la propiedad privada, dándose una sociedad pre-capitalista. En cambio, en Babilonia se entronizará una dinastía amorita (1792 a. C.).
La sociedad de la III Dinastía de Ur se organiza de esta manera:
mashda: "los segundos".
eren: "muchedumbre de palacio". Posiblemente se tratará de servidumbre o corte del palacio.
ir/game: criados (libres). Los padres vendían a sus hijos al templo aunque los pequeños no perdían su condición de libertad por ello.
namra: esclavos. Se les distinguía por llevar un collar con el nombre o un mechón de pelo en la cabeza.
Literatura
Himno a Iddin-Dagan, rey de
Larsa. Inscripciones cuneiformes en sumerio, en torno al 1950 a. C.
La literatura sumeria comprende tres grandes temas: mitos, himnos y lamentaciones. Los mitos se componen de breves historias que tratan de perfilar la personalidad de los dioses mesopotámicos:
Enlil, principal dios y progenitor de las divinidades menores; Inanna, diosa del amor y de la guerra, o Enki, dios del agua potable frecuentemente enfrentado a Ninhursag, diosa de las montañas. Los himnos son textos de alabanza a los dioses, reyes, ciudades o templos. Las lamentaciones relatan temas catastróficos como la destrucción de ciudades o templos y el abandono de los dioses resultante.[5]
Algunas de estas historias es posible que se apoyasen en hechos históricos como guerras, inundaciones o la actividad constructora de un rey importante, magnificados y distorsionados con el tiempo.
[5]
Una creación propia de la literatura sumeria fue un tipo de poemas dialogados basados en la oposición de conceptos contrarios. También los proverbios forman parte importante de los textos sumerios.[]